Áreas de trabajo tienen absurda división de altos mandos para pocos funcionarios. Funcionarios conservan salarios de jefes, pero figuran como asistentes. Cobro mensual sube con bonificaciones que van de G. 3.500.000 a G. 35.000.000.
Con asignaciones de G. 11.000.000 a G. 35.000.000, el Senado es un festín de altos cargos. Un director o jefe por cada 3 funcionarios es la relación laboral en la Honorable Cámara de Senadores, según los salarios percibidos hasta el mes de noviembre de 2023, disponibles como información pública. Las jefaturas con altos sueldos se crearon incluso por las actividades más inverosímiles y muchos acceden a estos altos rangos para finalmente ejercer labores menores no especificadas, como asistencias y coordinaciones. O simplemente trasladan sus beneficios por medio de comisionamientos a municipalidades de todo el país.
Con 21 directores generales, 185 directores y 157 jefes para una población que ronda los 1.200 funcionarios, el Senado muestra una estructura creada a medida y servicio de los intereses políticos que se cobran favores, asignando directores, jefes, encargados y coordinadores para escasos subalternos.
Se encuentran en el rango de asignaciones con elevada responsabilidad 363 funcionarios que tendrían a su cargo la gerencia de unos 837 subalternos, dando una relación jefe-empleado de 2,3 personas por cada jefe o director.
En la masa de funcionarios se encuentran personas con rangos de directores que ejercen igualmente funciones de asistentes no especificados en las planillas de pago. Es decir, mantienen sus salarios que triplican el salario mínimo por funciones que ya no cumplen. En el rango de jefe de departamento se encuentra a quienes cumplen el servicio de “asistente”, cargo que tiene en promedio una asignación de G. 3.500.000 a G. 5.000.000.
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